¿Por qué 12?

Porque durante 12 años las jornaleras y jornaleros del SOC de Marinaleda, día tras día, acudieron a la finca del Humoso con la consigna “la tierra pa quien la trabaja”.

Hasta que se apoderaron de la finca emblemática de quien siempre dominó el pueblo, el duque del Infantado, el mayor propietario de tierras de Marinaleda, un título nobiliario que se remonta a los Reyes Católicos.

12 años luchando por un trozo de tierra. Y ese pedazo de tierra dio lugar a una cooperativa de agricultura, con sus propias fabricas para transformar, elaborar o conservar su propia producción, en la que trabaja la mayoría del pueblo desde hace más de 30 años.

Porque a los 12 años, Josefa tuvo que dejar la escuela. Era la mayor de cuatro hermanos y se fue con el padre a trabajar en el campo. El cuerpo arqueado, las manos siempre a ras de tierra, escardando las hierbas o recolectando aceituna. Al mirar de soslayo, a contraluz, la figura del señorito de la finca a caballo, “controlando todo”. Su padre era un compañero de trabajo. Había compartido con él largas jornadas bajo el sol. Así que cuando a él le golpeó un mal irremediable, y le pegó duro, a Josefa también se le abismó la mirada y hasta el aparato respiratorio se olvidaba de respirar. Josefa, cuando se hundió en la depresión, solo encontraba alivio al caminar por la tierra del Humoso. Ella había sido una de las que levantaron aquella tierra y ahora la tierra la levantaba a ella, pedía entonces a su marido que la llevase al Humoso. Y allí la tierra le devolvía el deseo de ver y respirar. Es esa memoria, que está en la tierra del Humoso, la que les devuelve las ganas de vivir cuando algo se rompe.

Extractos del libro de Susana Falcón: Lo dieron todo. Las luchas de MARINADELA

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